lunes, 15 de agosto de 2016

Pronto ...

Y cómo podré decirte, que están a punto de expirar mis suspiros,
Que le quedan los días contados a mi locura, a la sonrisa perpetua que conociste y te enamoró.

Como decirte que tras líneas escurridas gota a gota se marchitan las letras de mi voz y los alientos de mi vida.

Poco tiempo me separa de la eternidad del recuerdo, de las noches de silencio y de otras tantas miles de olvido.

Como decirte quizás, sin sorpresas, que la existencia me dio una lección y me enseño lo pasajero de los días, que pronto habitaré los recuerdos que resbalan de las mejillas hacia el alma.

Pero quizás no todo es tristeza, en poco, me confinare en los barrotes de la eterna libertad y volare a donde siempre soñé, al etereo mundo donde no existe él tiempo, en poco, seré algo más que un silencio, una oración perdida en lo susurros del llanto, una imagen pasajera de la voz, y un sueño anhelado... Pronto.








lunes, 27 de junio de 2016

Hoy...


Hoy me dio la gana recordarte, pensarte entre las lineas difusas de nuestro perdido tiempo, evocar una sonrisa, quizas uno que otro beso, buscar entre los bolsillos palabras de ti y excavar entre mi pecho el olor de tu figura, el color de tu sombra, ese silencio de tu voz y aquella imagen de tus ojos mientras decias adios, sin siquiera mencionarlo.

Hoy me dio la ganar pintarte de recuerdo, y digo de recuerdo porque no se como llamar al tiempo, desdoblar las  hojas de mi viejo cuaderno, donde hay rastros de tu tinta y uno que otro de tus cabellos, renacer sin morir y desterrar un momento el olvido, traer consigo nuestras complices miradas, mientras bajo la mesa acariciabas mi piel y yo halaba tu boca hacia mi boca, tu cuerpo hacia mi alma.

Hoy, solo porque si, sin motivo aparente, sin razon alguna, le di todo el volumen a las notas del silencio, aquellas que oiamos mientras viajabamos hacia ningun lugar en mi coche, a divisar la luna desde el mas oscuro rincon de las clandestinas calles de nuestra historia pasada.

Hoy me dio la gana darle voz a las palabras, dejar a mis manos volar para que plasmen con su tinta lo que quisieran decir, asi jamas te digan nada, pintar con letras lo que es para ti, aunque quizas para los dos ya no signifique nada.

Hoy, quise recordarte en un futuro alterno, el mismo teatro con un final diferente, tú, siendo quien conocí, y yo, siendo quien se fue, porque aqui tengo lo que quedo de ti y tu te llevaste lo que quizas de mi olvide, hoy, despues de verte en aquel extraño y triste sueño, me levante preguntandole al silencio si estas bien y no se por qué, me dio la gana recordarte.

domingo, 27 de marzo de 2016

Juguemos...


Sigamos jugando a olvidarnos, en otros besos, en otros labios, en otros amores, como siempre entre los Tic tac del tiempo, y amemonos allí, entre los recuerdos de aquello que nunca fue, que jamás existió...

Juguemos a olvidarnos y pintarnos de blanco la memoria, a ser ese punto de ausencia pintada entre los sublimes ecos del silencio, a buscarnos entre letras pasadas, palabras no dichas y una que otra lágrima derramada.

Una vez más, abramos la partida del azar y tentemos a la vida a continuar como si nada, a pasar los días aferrados a la mano de una nueva aventura, quizás pasajera, tal ves eterna y consumirnos así, asegurando que jamás ha pasado nada...

Juguemos a ganar esta vez, porque pensándolo bien, hoy tengo la ventaja...

lunes, 14 de marzo de 2016

Puntos en el firmamento...


Y así, fuimos al fin dos estrellas distantes...

                                que se unen a través de las palabras...

    que brillan con mas intensidad que las demás...

porque pudieron encontrarse en el universo infinito...

                  donde se perdieron de nuevo...

                                                              porque viéndose a los ojos decidieron apartarse...
 ser fugaces...                  

           brillando, amándose, agradeciendo la existencia de la otra...






                                                                                                               en la distancia.           

jueves, 10 de marzo de 2016


Y no me puedo quejar...
Entre las vicisitudes de mi corta estancia entre las cuatro paredes de la vida, he conocido los caminos intransitables de la locura y la fortuna, la desdicha del silencio, las despedidas y el frío, así como las tardes de sol, un caminata nocturna o un beso entre las sombras, el amanecer recubierto entre la piel, ver correr el tiempo y sanar heridas incurables ya.

Mas allá de estas letras difusas y dispersas, entre los confines de mis abstractos pensamientos y bifurcados senderos la conocí a ella, vestida de noche, cargada de misterios, de besos no dados, de pasión y lujuria, de un Corazon destrozado, cual será el azar de mi fortuna que el camino siempre ha querido unir lo inconmensurable, aquella mezcla un poco extraña de amor y dolor de lo que casi se va y nunca llega a nada.

Y no me puedo quejar... 
En la mañana apareció ella, entre un pecho colapsado de emociones, abrir las puertas de la vida y encontrar su sonrisa, aquel espejo de mi vida, mi alma reflejada en su mirar, ver correr el tiempo a su lado, en silencio, tenerla allí por siempre, aunque siempre no suele ser mucho tiempo, tan solo un fragmento de mañana o quizá la eternidad disfrazada.

Son extrañas estas letras, se arremolinan entre los recuerdos taciturnos de mi voz mientras bebo un sorbo del veneno de otros labios, un bocado tibio y a la vez amargo. Un aroma terso que se cuela por la ventana, allí mismo donde dejo un café pendiente y otras mil palabras de silencio, aquello imposible de decir pero que mas atrás, entre mis escritos escondido confieso, solo es cuestión de leer la vida, de decifrar las letras y encontrar diez mil partidas, derrotas y batallas, la constante del amor, la compañia, ese todo que esta alli, la soledad que nunca dice nada.

Y no me puedo quejar...
Tan solo hay un latir aquí entre la carcel de mi pecho, como si el cielo susurrara con voz baja, que me busca una dama negra con delicadas manos, el presagio de un no se que, enterrado entre esta noche fria o será tan solo la compañía de esa voz que no esta, de eso que extraño pero que no hace falta. No lo se, tan solo llegan a mi, por voluntad propia estas palabras, miro al cielo e invoco a Dios, alli entre esas infinitas estrellas que penden del hilo del tiempo, sintiéndome esta vez tan cerca de alli, tan lejos del suelo, como si me elevara etereo, de a pocos, de a pedacitos de mi, con invisibles alas, queriendo dejar de mi, el buen recuerdo de lo que nunca he sido, pero tal ves fui, consumiendo la vida que quise vivir, y entonces, al final... no me puedo quejar.

martes, 1 de marzo de 2016

Él...


Y él dice conocer tu lado oscuro, si tan solo supiera cuantos lunares encontré en tu piel y la cantidad de demonios que descubrí debajo.

Dice conocerte, pero no sabe como te ves mientras sollozas en mis brazos cuando me voy y no deseas que me marche,  y él,  él grita a cuatro vientos tenerte suya, si tan solo supiera que ni siquiera eres de ti misma porque tu corazón tiene una colección de retazos, de heridas pasadas, de tristezas y últimamente de una que otra sonrisa, pero no, él no sabe que yo las he sacado con un ataque de locura, con esa infantil inocencia que él ha olvidado.

Y dice ser tu compañía y estar a tu lado, pero no sabe que invisible existo en momentos de su ausencia y otras tantas excusas que para estar aquí has inventado, dice estar contigo, sin saber quizás cuanto tiempo junto a ti he estado, entre presencias, ausencias y lapsos de olvido, uno que otro día frio, una tarde casual o una noche de verano.

Si he sido yo quien te ha visto con el corazón roto para convertirlo en un mar de sonrisas, hasta que te alejas  y te vas otra vez a él, sin siquiera soltar mi mano, y así dice conocerte, sin siquiera saber que me hablas de volar juntos sin cortarnos las alas.

Y si, él dice conocerte por haber desnudado tu piel, pero como te conoce si nunca ha podido como yo desnudarte el alma... y dice conocerte y dice quererte y dices quererle y le llamas amor, pero el no sabe, que así como le llamas, le has llamado al pasado y al tiempo, con otra voz y con otros labios, como dice conocerte, si no te conoce a ti entre mis manos.

jueves, 25 de febrero de 2016

Olvidaste...

Olvidaste quién soy, aquel loco seductor de mirada fría y duro corazón, ese descabellado poeta de mil palabras y sonrisas, ese mismo que te dejo partir aquella noche con fragmentos de silencio y una lágrima en el portal de tu alma.

Olvidaste quién soy y que te traje noche, cuando el sol rayaba el horizonte de tu sombra y la mía, allí cuando esfume de tu mano la presencia de mi voz y regrese noctámbulo entre los sueños rotos, un poco olvidados.

Olvidaste quién soy después de la historia, pintaste blancas mis letras, ocultaste las heridas en difusos fragmentos de silencio y de memoria, olvidaste quién soy y mi fea costumbre de amanecer con el sol en los bolsillos y oscuridad en tu mirada, desaparecer así de repente y volver cuando menos esperabas.

Olvide quién soy y fuiste tú quien pinto su ausencia en mi almohada, convertiste en leyenda la historia de una despedida, de una tarde fría y una mañana, aquella en la que tu voz susurrante y quebrada, pedía no dejarte ir, volar contigo, escapar y no morir de frío, pero yo, yo recordé olvidarme y a oídos sordos vi marcharse tu voz, cerrando la puerta de la vida juntos y abriendo la del adiós.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Lo que me dejas...


Y me dejas con un beso partido entre los labios, la luna en la ventana, esa agridulce incertidumbre del sin tenerte, de no extrañarte.

Y es que vienes y me elevas entre los suspiros de tu piel, la intensidad de las mañanas, aquellas noches pintadas del azul de tu mirada, una voz de despedida y un hasta mañana.

Pero cómo logras ser la respuesta que busco entre mis letras y a la vez, la pregunta más sublime de mis días, esa duda calada entre esa medio soledad, esa media nada, ese todo que me das y que me quitas, cuando llega la luna en la mañana.

Y es que me dejas, con un cómo, un sin por qué, un donde y cuando, atravesado entre mis voz y diluido en la garganta, así me dejas y me desarmas, desnudado el pensamiento, sin tormenta alguna, pero también sin calma.

viernes, 19 de febrero de 2016

Mi rendición...

Esta vez, cansado de aquella lucha sin cuartel, de la guerra sin sentido, de la espera vacía y el frío, dejo entre tus manos esta treta de rendición.

Me rindo, me rindo ante el tiempo vano, las noches de sueños que acabaron rotos, de mil palabras pérdidas, me rindo de tantos y tantos desengaños.

Esta vez depongo las armas y alzó los brazos, alguien dijo que no toda lucha es una victoria, esta vez fuiste tú quien ganó el partido y yo, yo solo me quedaré de espectador, desde la tribuna de la vida y en el margen de mi propia alma.

Me rindo aún sin sentirme derrotado, con la firme convicción de haberte dado todo en el campo, pero es que en el amor, no es el que más da, si no el que de verdad entrega, quien sin miedo apuesta y sin rendirse se queda.

Dejo aquí entre sangre de puño y letra, este corto epitafio de mi piel, depongo la espada ante mis pies y te veo sonreír en la distancia, con el premio de esta lucha donde aunque has ganado tu, tampoco he perdido yo, mi rendición y mi treta.

viernes, 12 de febrero de 2016

Donde ya no lates...

Aqui, donde el horizonte se curva, entre la noche y las estrellas y resplandece está fría ciudad desde las sombras, me pregunto qué será de ti dentro de mi alma y si aún te encuentras en mi pecho.

Ya no lates como siempre, estas un tanto más callada, se desvanece tus voz con los días y te pierdes, entre tus silencios y mis palabras.

Me pregunto qué pasó aquella noche, quizás verte entre otra piel, desnuda en otra alma, entregada a otros besos, sonriendo feliz, a merced de otro amor y otros brazos, te arranco de aquí con la ilusión, para morir sutilmente mientras respirabas.

Tal vez han muerto los sueños del tiempo juntos, empaco la maleta el amor y me dejo tan solo un vacío de lo que ocupaba, se llevó entre sus manos lo que había de ti, lo que amaba tanto, pereció aquella linda ilusión y dejó esta extraña tristeza, de sentir que ya no sientes de latir, que ya no estás donde ya no lates.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Despedida...?

Y ahora que te vas, entre  esa espesa jungla de cemento y frío, entre las huellas de los recuerdos, abandonas la mañana y dejas tan solo el vacío eco de tu voz, retumbando a los sordos oídos de esta ciudad que te ve partir con mi mano aferrada a tu pecho, la tuya aferrada a mi alma

Volverás con el tiempo me dices, con cuál me pregunto, si lo que queda aquí tan solo será la eternidad para abrazar tu soledad y extrañarte en silencio.

Partirás otra vez al futuro de vernos distantes, de reencontrarnos en el olvido, ese que pensé desaparecido y que hoy guardo aún entre los bolsillos por si alguna vez llego a necesitarlo.

Repites el adiós y yo te pierdo, y tú me pierdes, en un abrazo antes de cerrar los ojos y soñar, ese sueño del que espero despiertes tarde y una vez más te deje el avión, para que entre despedida y despedida, solo vueles de mi mano y te marches, a donde solo exista de ti y de mi algo que contar.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Cómo lo hizo?

La Y la noche fue testigo sublime, de aquel vehemente instante de inconsciencia, donde olvide hasta mi propio nombre, dibuje una nueva sonrisa, disfrace mi alma con otra piel

Pero, ¿cómo pudo lograr que pintara de blanco olvido mi memoria, armar mis alas rotas y llevarme a volar en el confín de su voz y su mirar? 
Si tan solo horas bastaban para aún sentir que ya no había espacio entre el pecho, en un latir que deseaba resucitar, pero de eso, de aquellos murmullos, cómo pudo dejar solo paz y silencio, acallar su voz y desdibujar el color de su sonrisa.

Y ese lapso eterno, milímetrico, ínfimo pero tan profundo, desgarro mi piel de heridas pasadas, saco el dolor por la ventana, dejo mi mente ocupada con su aroma, mi ropa impregnada de sus manos y tatuada mi piel de pensamientos.

Es que no recuerdo la última vez que sentí borrar el mundo en un minuto, recorrer el cielo y aterrizar aún allí, frente a sus azules ojos, despertando con su voz que aún  decía... Esto no es un sueño, ahora eres mi realidad. 

lunes, 1 de febrero de 2016

Por qué no dueles...?


Y me pregunto esta vez, por qué no dueles? 
Donde se quedó la tristeza de tu ausencia y aquel eco frío de tu voz?

Quizá el tiempo empezó a desvanecerte entre la certeza de no tener nada de ti, quizás la costumbre de tu presente ausencia me recordó volver a vivir, volver a respirar, volver a reír sin ti.

Y es que me pregunto si tal ves queda algo más que los recuerdos, aquellas tibias imágenes que suelo traer a la memoria para sentirte, pero no te siento, ya no estás, ya no retumbas en los latidos de mi pecho.

Y entre las suposiciones de mi locura, con tu indiferencia huiste entre los mil demonios de mí alma, por el sendero más oscuro de mi corazón, donde te pierdes, donde no te veo.

Me pregunto esta vez por qué no dueles, te empapaste del monótono olvido, de pensar que te has ido sin siquiera marcharte, te borraste entre las mil lagrimas que rodaron sobre estas letras, esas mismas que no son para ti, pero que por ti escribo, donde ya no estás, donde ya no dueles.

martes, 26 de enero de 2016

Mi última letra...

Al final uno hace lo que mejor sabe, huir, y eso hago ahora mismo, huyo de la realidad, del dolor del momento, de la rabia contenida, de la desaprobación del público, de los juicios ajenos, de tu mirada inquisidora, por huir, huyo de mi mismo, de mi conciencia, de mis anhelos.

Me refugio en estas letras que brotan desgarrando el alma, haciendo sangrar todas y cada una de las cicatrices acumuladas, escribo con ansia, con desasosiego, golpeando fuerte las teclas, para gritar al mundo todo lo que llevo callando, todo el acúmulo de emociones que esta noche me desvelan, escribo estas letras para callar otras muchas, esas que hablan de mi realidad del momento, para no escribir de celos, de tríos, de problemas.

Así que huyo, a un lugar donde me llevan las notas del piano que ahora escucho, un lugar donde duermo plácidamente en el regazo del silencio, donde no tengo que pensar más si lo que hago está bien o está mal, donde no dudo de tu presente ausencia. En un lugar donde ya no hay tres sino dos, ese lugar donde los fantasmas se desvanecen, donde me siento en calma. 

Quizás mañana ya no tenga que huir más, de momento, sigo corriendo con fuerza, regalando letra tras letra, historia tras historia, dejando atrás pedacitos de mí, la estela de mi sombra...

lunes, 25 de enero de 2016

Un final...

Y llegó la noche con sus años, las últimas letras de su nombre y mi nombre, aquí las dejo, como recordatorio del tiempo, como fiel epitafio de una locura subversiva, incansable, que murió queriendo en soledad y que calló entre mil palabras de silencio.

Hoy se desprende este cariño con una aguda punzada que lastima pero no duele y no sé si es peor, una herida más o que ya no importe al final, cuando el amanecer se convirtió en noche y la mañana llego gris, un poco tímida, perdida, callada.

Y es que se desgastaron las ganas de seguir luchando, como hacerlo sin entre tantos rostros deje de ser tu amor, para llenar el lugar de un extraño, al que se despierta con frías palabras y mientras tanto, llamas mi amor a otro cuerpo, a otra voz, a otras manos.

Y no duele la herida, duele pensar que después de todo, volví a creer, volví a intentarlo, a pensar que era posible, la utopía aquella de juntar las manos, cuando finalmente al abrir los ojos encuentras el relevo de la sonrisa y de tus labios, un frío adiós que no llega y que mata lentamente, cada vez que quise intentarlo.

Es por eso que hoy perecen las letras, no sé si para siempre, aunque siempre pueda ser tal vez un año, quizás un día, una noche, o ipsofacto, hoy mueren contigo y de ti, sepultadas en un mar de sueños increíbles y de momentos varios, no porque no pueda escribir, solo que esta vez, es mejor dejar atrás y recordarlo, cuando haya llegado el olvido, cuando mi mente al escuchar tu nombre se pinte de blanco, regresando así la sonrisa, esa misma que deje aquella tarde, cuando el sol en la ventana nos invitó a embriagarnos.

Y si es tu parecer volver atrás, regresar el tiempo y recordar, encontrarás los caminos que te lleven a mi, esta vez sin asegurarlo, que estaré para ti, porque ya mi alma murió marchita de quedarse para siempre, por ti esperando, así que ¿te espero en la mañana con tu voz, o te espero en el olvido, para tratar de recordarnos ?


sábado, 23 de enero de 2016

Doce tiempos...

Tu, mi amiga, mi amante de piel, de eternos sueños, aquella figura inmutable entre mis tristezas y mis años, quien conoce mis guerras y mis heridas. 
Esa nota silenciosa de mi voz que descubre, más allá de mi nombre y más allá de mi locura.

Tu, las huellas de mis propios pasos, quien de su mano me conduce hacia donde no existe el tiempo y jamás hubo espacio

Tú, hermosa de mis letras, aquella callada melodía que gravita sobre mis pensamientos y mis lunas, mis noches de insomnio y las más profundas grietas de mis besos

Dime cómo has hecho para enterrarte tanto, entre mi alma y mi pecho, porque son 3, 5, 10 y mil millones de segundos de la mano, congelada para siempre en lo que fui, en lo que soy y en ese enigma incierto de saber que estás allí, tranquila, impiadosa y eterna, justo como te recuerdo, justo como siempre te he amado.

miércoles, 13 de enero de 2016

La respuesta...

Y es que debo entender, querer comprender lo evidente en lo invisible y saber, que entre los dos no pasará más que el tiempo, que las horas han arrastrado con el tic tac del indiferente silencio aquello de ti y de mí que renace de momento, tras segundos y algunos años.

Quizás se extingue con el ocaso, entre la monótona puesta de sol, esa tarde que ahora llega, congelando la piel y el alma, frías palabras que hielan y destrozan, estas ganas de luchar por la causa perdida que jamás fue eterna, esta herida que no sana, aunque para siempre se convirtió en un instante, ese mismo que perdurará entre tu corazón y tu alma para cuando algún día, alguna vez, regresemos aquí, a recordar lo que hemos perdido, lo que siempre quedara de ti y de mi, un encuentro entre el balcón, la noche y la luna, una copa sin importar nada.

Debo entender y quizás comprender, que no fue la falta de interés si no de ganas, cuando el silencio dice mucho y las palabras dicen nada, que se marchito entre mis manos la espera, y que a veces no es el tiempo, no es el destino, solo es lo que no fue, lo que sencillamente soñé en un sueño y se quedó allí, entre lo etéreo de mi voz, en las respuestas no encontradas... Entre estas letras y diez mil palabras?