miércoles, 5 de agosto de 2020

A su memoria...

Ves como nos rodea la muerte entre su sendero y las huellas de sus propios pasos, como llega y se va, vehemente, incansable, imparable y letal...

Pero así es la vida, esa irónica figura que nos enseña las mas hermosas lecciones de amor, de esperanza y compañía de la manera mas terrible, será quizás que su objetivo no sea otro, que enseñarnos finalmente en nuestra terquedad, que lo que no duele no vale y lo que llega pronto, pronto se va...

Pero así es la vida mi niña, desconsuela el mundo y arráncale hoja a hoja a la margarita de los sueños, despunta el sol y apágalo con tu mirada, déjalo que se pierda y oscurezca mientras la noche nubla tu dolor y la luna te guarda, en los recuerdos de su vida, en las enseñanzas de su paso...

Y no, no te rindas ante la alborada, quizás te levantes con los sueños apagados y la sonrisa deshecha, es normal contar con el alma partida cuando se llevan nuestras alas...

Y no, no culpo tu llanto, no lo detengas aun, déjalo que corra y limpie la herida, esa profunda que lastima y que quizás ni siquiera el tiempo podrá sanar, aun así, estará latente allí para recordarte que entre las noches mas oscuras y las tormentas mas fuertes, vivirá siempre inmortal su recuerdo en tu mente, y su mano invisible caminara junto a ti, cuanto estés a punto de caer, o como hoy, debas empezarte a levantar...

Hasta siempre a su alma, y hasta pronto a su memoria, esa que jamás se olvida, esa que siempre, te lo digo con un nudo en la garganta, duele, duele siempre, pero jamás, jamás se apaga...

sábado, 1 de agosto de 2020

Y despues del tiempo...

Y después del tiempo tras del tiempo, de oscuros caminos y noches de insomnio, he regresado al fin al camino de mis letras,
extrañaba la tristeza de mis palabras, las turbias evocaciones de mis propias palabras y aquel sinnúmero de espacios vacíos de tu presente ausencia...

Y es que apareciste la otra noche al pie de mis sueños, velando entre mi cama mis pensamientos, como desbordando el olvido y tu silencio, reapareciendo de aquel recondito lugar donde te guarde por tanto tiempo y ahora ya no yaces, ahora ya no hieres, vives, pero no lates...

Pero quizás no eras tu, era tu ausencia, aquella uniforme figura de tu sonrisa cuando aun existias…
Aquella silueta que entre el insomnio habito, alguna vez, entre nuestros sorbos de blancos besos de limón, aquella cicuta bebida en besos, en cada rasguño y en cada botón... cuando desnudábamos la piel.

Apareciste, así fugaz, como tus intermitentes cariños y te quieros ... 
así intermitente como aquella noche, como aquel sueño

Y te preguntarás talvez de mi, de mis nuevos pasos, de las huellas y mis escombros, quizás la eternidad seria suficiente para explicarte que desde que ya no estas, existen mas preguntas que respuestas, pero también hay calma y palabras que no se han dicho y que quizás en silencio morirán ...