Ahora dormitas en los taciturnos recuerdos de mis sueños, amaneceres que se han ido desnudos de tu presencia y que visten la tarde con la silueta triste de tu ausencia ante mis ojos.
Pero por qué contar las horas perdidas entre la agonia palpitante de mis inertes latidos, si un adios duele, aun mas cuando hay un beso quedado entre los labios y una despedida que nunca fue, en un para siempre las palabras de tu boca se perdieron en el silencio y mis oidos jamas las escucharon retumbar, tan solo expectantes esperan sentirse cautivados por tu voz.
Busco, encuentro y tropiezo, con los dias que caen tras las estelas del firmamento, quien inclemente observa mientras me desbarato lentamente, como la estatua de arena que colapsa seducida por las olas del mar y hay un mundo alli, tan inmensamente perpetuo, callado, mirando mis ojos y esperando que mis pupilas se dilaten y delaten la vida que aun yace en mi ser.
Giran miles de voces en mi cabeza y una que dista de ser indiferente ante los susurros, me clama ver al horizonte donde mi pasado deja de ser presente y se convierte tan solo en el perfecto ayer que ha pasado. Va, continua emergiendo tras las respiraciones de mi alma, me invita a soñar nuevamente con las sonrisas perdidas, me brinda su mano e intenta volar, mas mis pesados pies lo impiden atados a la oscuridad profunda de mis noches de desvelo.
Frente a mi ventana puedo ver el camino que viene, todo puede ser horrible o terriblemente bello, todo depende del cristal con que lo mire, repite esa cancion, que retumba entre las cuatro paredes de mi fria soledad. Hay una opcion, una alternativa diferente de la desolacion y la tristeza, solo mañana dira el momento si aquella mano seguira alli prestante a tomar la mia o por mi poca valentia ha decidido virar en el sentido opuesto a este cuerpo en el que pienso que estoy vivo, porque en las noches ya no lloro... ni mucho menos respiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario