En ese momento en el que la noche postergo la luna y las estrellas decidieron pasar en el ocaso, hice una pausa en el sendero de mi vida q no lleva a ninguna parte, mil imágenes giraron inmutables por mi mente y un susurro envenenado de costumbre pronuncio el nombre del silencio que conserva mi alma, aquel nombre de esas letras que no existen, aquellos impronunciables sonidos que describen tu figura.
Recordé aquel sabor amargo de dulzura y esa sed por sentir un poco mas de la puerta de tu alma, recordé, y la envidia del olvido me alejo con mis palabras, las dudas de un pasado florecieron, convertidas en presente se quedaron y hoy no son mas que las letras aquí plasmadas, arrancadas una a una las hojas de mi vida, cual libro que termina en la ultima palabra de tu nombre, olvidado y reprimido se ha borrado, mas yo le di una letra, esa letra que termina siendo eterna, esa letra al final del diccionario...
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