lunes, 10 de junio de 2013

Después de mañana...

El amanecer, llego intranquilo con la voz y el llanto tras la distancia de mis sueños,
Encontró tu alma un respiro y suspiro para siempre entre las finas luces que despuntaban el alba.

Aquí, mientras escribo con ojos nublados y el frío incesante de mi pensar, cada paso, cada lugar, cada silencio, me recuerda que las horas traían consigo tu sonrisa y esa voz que con un adiós una cálida mano, bendijo mi frente mientras llegaba el presagio del imbatible destino.

Aquí, mientras no hay más que las olas con amargo sabor a tristeza, oigo partir tu silueta, dibujada por mis pensamientos de ti, por mis ganas de tenerte.

Aquella sombra impávida y fría, un recuerdo que no recuerdo y que nunca olvido, trae de ti, se lleva de mi, esas letras de mi garganta, resbalando por mi piel hacia lo más hondo y oscuro de mi corazón.

Me refugio en el rincón más frío de la pared, esperando encontrar el calor de tu ausencia, existencia indeleble de mi tinta sobre mis letras, aquella etérea y fina luz que ilumina y acompaña, mi vida mi ser y mi amor, mientras tu vivas por siempre tatuada en los días después de mañana.

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