viernes, 13 de junio de 2014

Y destruido mi mundo yace, tras la apuesta de mi vida, donde jugué aquel tesorero escondido entre las líneas de mis propias letras.

Oh soledad como llegas, amarga y pura, como la sicuta de mi propia muerte, oh silencio, tensa calma, claridad oscura, un momento de tenerte y otro más que te marchas .

Fue cavar mi tumba y destrozar el alba, despedir con suspiros el aliento triste q respiro la mañana, oh sublime infamia, aquel llanto perdido, ese tiempo que se llevo la nada.

Para qué desear la vida, si la vida fue su sonrisa, si su sonrisa inocente y clara, me arranco del pecho la figura de mi propia sombra, el reflejo de mis días, el nombre de una voz temprana.

Muerte abridme los brazos y enterrad conmigo mi recuerdo y pasos, borrad de la esencia aquel corazón perdido, ese tiempo y el pasado, bendecidme de olvido, llevadme de tu mano.

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