Suenan mil notas grises de tristeza, más el sol callado y ausente trae su luz y despeja tu mente, hallas por fin entre el
Silencio esas palabras agudas, insonoras pintadas de azul, esas letras bañadas de esperanza.
Y buscas, buscas las salidas al horizonte perpetuo del invisible laberinto creado por la ilusión de tu mente, esa pequeña gran puerta que te lleva, te susurra y te rescata, de las noches frías de invierno.
Por un momento, en un instante sin tiempo, sientes al fin que tus alas te conducen más allá, a través de la mañana, atravesando los recuerdos, tocando la eternidad.
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