miércoles, 13 de enero de 2016

La respuesta...

Y es que debo entender, querer comprender lo evidente en lo invisible y saber, que entre los dos no pasará más que el tiempo, que las horas han arrastrado con el tic tac del indiferente silencio aquello de ti y de mí que renace de momento, tras segundos y algunos años.

Quizás se extingue con el ocaso, entre la monótona puesta de sol, esa tarde que ahora llega, congelando la piel y el alma, frías palabras que hielan y destrozan, estas ganas de luchar por la causa perdida que jamás fue eterna, esta herida que no sana, aunque para siempre se convirtió en un instante, ese mismo que perdurará entre tu corazón y tu alma para cuando algún día, alguna vez, regresemos aquí, a recordar lo que hemos perdido, lo que siempre quedara de ti y de mi, un encuentro entre el balcón, la noche y la luna, una copa sin importar nada.

Debo entender y quizás comprender, que no fue la falta de interés si no de ganas, cuando el silencio dice mucho y las palabras dicen nada, que se marchito entre mis manos la espera, y que a veces no es el tiempo, no es el destino, solo es lo que no fue, lo que sencillamente soñé en un sueño y se quedó allí, entre lo etéreo de mi voz, en las respuestas no encontradas... Entre estas letras y diez mil palabras?

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