domingo, 5 de mayo de 2013

El tiempo del amanecer...


Un minuto cruzando el horizonte, quebranta las barreras de aquel tiempo contra mi tiempo, el conteo regresivo de mi vida se ve difuso cuando llega la hora de morir, dos y tres pasos mas para llegar al punto del no retorno, del no sueño, del nunca mas, esa espesa bruma que cobija mi vista, aquel parpadeo lento y titubeante de mis ojos por no desgastar un suspiro mas de mi aliento.

El momento no ha sido mas oportuno para abrir la puerta y trascender, creo que la vida se ha empeñado en mostrarme los caminos de las posibilidades de mi muerte, finalmente es el destino de mi destino, la noche del ocaso.

Mis manos cuentan los amaneceres que caen tras los vastidores de las horas, esas timidas figuras recorriendo el reloj mientras este, imparable e inclemente se empeña en mostrarme con su paso, cada recuerdo y cada latido, el respirar al final del camino.

Me aferro a la fe de mi propia incredulidad, aquella voz eterna que en silencio me susurra incomprensibles frases de mi propia mente, quizas en este punto la locura se adueño de mi cordura o fue mi cordura la que abandono el silencio y decidio vivir el libre albedrio de su esperanza, aquella que mi alma ha perdido ya.

Y mis tristes letras se convierten en el presagio, el oraculo de mis noches lo predijo, mi ausencia crece con cada respiro y su silueta se abraza con la soledad de mi propio cuerpo, ya ves como negras las rosas pueden florecer a traves del camino, ves como la noche puede ser luz cuando es el amanecer el que ronda entre mis letras, ni uno mas ni uno menos, el tiempo se acaba al tiempo... he ahi tu respuesta.




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