domingo, 18 de mayo de 2014

Y el atardecer devora el asfalto...



Y el atardecer devora el asfalto de la fria y gris ciudad, mientras mis lentos pasos recogen los senderos de las huellas que dejaron los años tras de mi, ese camino que la memoria tatúo en el tiempo.

Dejo tras de mi una estela de tristeza que se funde entre un mar de abstractos pensamientos, de miradas oscuras y tímidas sonrisas, inagotables voces, murmurantes silencios, ese caos tan perfecto, tan sublime, tan gris multicolor.

Y busco refugio de la luz del cielo, rayos de luna, luna de desasosiego, un lapso interminable de recuerdos, el olvido pintado de azul y el azul pintado de blanco memoria, ese soy yo mientras camino y divago, ese soy yo mientras me pienso y escribo.




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