lunes, 1 de septiembre de 2014

Sin extrañarte...

Ese imperfectamente perfecto momento en que te extraño sin extrañarte, que te percibo sin tenerte, sintiendo los hondos suspiros robados por el tiempo y guardados en los anaqueles de nuestra historia.

En dónde quedo tu figura, quizás se desvaneció entre palabras maltrechas, letras disfrazadas, quisiera desconocer el mismo instante de conocerte e inmortalizar un beso en tu mirada. Inocente de ti de mi voz y mi alma, lejos tan lejos de cada segundo latido, refugiado quizás entre esos escritos distantes que guardaban el misterio de mi vida, la oscuridad seductora de la tuya.

A dónde se fue mi sombra, eclipsada por la luz de un futuro que no brilla, de un pasado que palpita, que mis manos extrañan. Atrás la locura del tiempo, atrás aquellos besos robados a la noche, desaparecer en la mañana entre la misma piel, entre las heridas no sanadas y el miedo a tocarlas. Soñando talves entre nubes ajenas de caricias, anhelando las manos que se tienen y se guardan, sintiendo la distancia de la cercanía, esa muralla invisible que impenetrable se levanta.

Ese perfectamente imperfecto momento en que se sumió mi vida, ese, en el que al tenerte y no tenerte sin extrañarte ya te extraño.


No hay comentarios:

Publicar un comentario