miércoles, 3 de febrero de 2016

Cómo lo hizo?

La Y la noche fue testigo sublime, de aquel vehemente instante de inconsciencia, donde olvide hasta mi propio nombre, dibuje una nueva sonrisa, disfrace mi alma con otra piel

Pero, ¿cómo pudo lograr que pintara de blanco olvido mi memoria, armar mis alas rotas y llevarme a volar en el confín de su voz y su mirar? 
Si tan solo horas bastaban para aún sentir que ya no había espacio entre el pecho, en un latir que deseaba resucitar, pero de eso, de aquellos murmullos, cómo pudo dejar solo paz y silencio, acallar su voz y desdibujar el color de su sonrisa.

Y ese lapso eterno, milímetrico, ínfimo pero tan profundo, desgarro mi piel de heridas pasadas, saco el dolor por la ventana, dejo mi mente ocupada con su aroma, mi ropa impregnada de sus manos y tatuada mi piel de pensamientos.

Es que no recuerdo la última vez que sentí borrar el mundo en un minuto, recorrer el cielo y aterrizar aún allí, frente a sus azules ojos, despertando con su voz que aún  decía... Esto no es un sueño, ahora eres mi realidad. 

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