viernes, 19 de febrero de 2016

Mi rendición...

Esta vez, cansado de aquella lucha sin cuartel, de la guerra sin sentido, de la espera vacía y el frío, dejo entre tus manos esta treta de rendición.

Me rindo, me rindo ante el tiempo vano, las noches de sueños que acabaron rotos, de mil palabras pérdidas, me rindo de tantos y tantos desengaños.

Esta vez depongo las armas y alzó los brazos, alguien dijo que no toda lucha es una victoria, esta vez fuiste tú quien ganó el partido y yo, yo solo me quedaré de espectador, desde la tribuna de la vida y en el margen de mi propia alma.

Me rindo aún sin sentirme derrotado, con la firme convicción de haberte dado todo en el campo, pero es que en el amor, no es el que más da, si no el que de verdad entrega, quien sin miedo apuesta y sin rendirse se queda.

Dejo aquí entre sangre de puño y letra, este corto epitafio de mi piel, depongo la espada ante mis pies y te veo sonreír en la distancia, con el premio de esta lucha donde aunque has ganado tu, tampoco he perdido yo, mi rendición y mi treta.

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